MAMA ¿QUE ES LA LIBETAD?
Mama ¿Qué es la libertad? me preguntaste la libertad verónica, la tan nombrada, la cantada despacio y a los gritos, de las alas desplegadas y el espacio interminable por delante. ¡La Libertad!
Y me quede pensando.
-¿Puedo responderte mañana?
-Si.
Tal vez mi idea de la libertad no se parezca a la de todos. Pero es la idea que me dejaron luchas, años vividos, gente que paso a mi lado, cosas que leí en los diarios. La libertad es una cama caliente cuando hace frió. Y el pan desmigándose sobre el vestido limpio. Es que llueve y nos mojemos si queremos mojarnos,, pero sino queremos…, un buen techo, un buen sueldo…
Elegir…,pero no solamente es abstracto en lo ideal.
Elegir en la cosa cotidiana, eso pequeño y obvio que no tiene la dimensión mágica de la paloma, la rama de olivo y el laurel. Lo de todos los días que no es la gloria ni la letra impresa, ni el canto que se escucha desde los cuatro puntos cardinales.
La libertad de la mujer que elige entre un hospital que queda cerca y otro que queda lejos… y en los dos hay algodón y alcohol, y sabanas lavadas, no solamente la buena voluntad del médico, no solamente el humanitarismo de quien juro salvar vidas.
La libertad del niño que elige entre un zapato y una zapatilla, entre un caramelo y un chocolatín.
La libertad del hombre para usar las horas que le sobran después del trabajo…,en vez de buscar un nuevo trabajo, una nueva obligación…, porque sino el salario no alcanza.
La libertad de la madre que puede escoger entre doblarse sobre la maquina o hacerle las trenzas a su hija.
La libertad…
Cuando yo era pequeña como tú, la palabra libertad me llagaba envuelta en la bandera, sacudida por altísimas notas de pífanos y redobles sonoros de tambores.
Y la dejaba en alto intocable y destellante.
Era más que una verdad, una estatua.
Entonces yo creía más en los mapas que en el mundo: países pintados de celeste de verde, de amarillo, ríos azules y montanas pardas… puntitos para las provincias, y anchas líneas para separar los países…
El mundo era montón de casilleros, cada cual con sus hombres que no podían mezclarse ni juntarse con los otros.
La libertad era cuidar su propio casillero.
Pero después conocí al mundo, y no encontré gruesas rayas ni puntos suspensivos trazados en la tierra, señalando los límites.
Pero después conocí hombres de distintos lugares, sabes Verónica, y no tenían señales que los diferenciaran… y todos querían lo mismo bienestar para ellos y sus hijos.
Vivir, eso tan simple; eso a lo que tenemos derecho…,y que tantos se le termina por falta de remedios, o por falta de techo, o por falta de pan.
La libertad es amar a los otros.
Pero amarlos mirándolos.
Pero amarlos tocándolos.
Pero amarlos sintiéndolos.
Y querer que vivan.
Sin hambre Verónica, sin frió Verónica, sanos.
Por eso mi libertad ha echado sus palomas al viento, y ha puesto y ha puesto los laureles, los mirtos y las ramas de olivo en un sencillo florero de la casa.
Porque si está limitada por un chico que muere injustamente por falta cosas esenciales, si está limitada por un chico que vende flores por la noche, o lustra zapatos, o extiende su mano pidiendo… mi libertad no sirve para nada. Y la cedo a cambio de cualquier rigor que nos obligue a todos a mirar hacia los desposeídos, los desheredados, los dolientes.
La libertad de hacer crujir el pan, y de abrazarte, porque este abrazo entre un hijo y una madre, apretado y caliente es el verdadero nombre de la libertad que debemos rescatar para el mundo.
Poldy Bird
Sobre la libertad se ha dicho y se seguirá diciendo mucho. Se argumenta, por ejemplo, en algunas concepciones, que siendo el hombre libre no lo es del todo pues tiene toda actividad regulada por pautas de conducta que le dicen lo que debe y lo que no debe hacer. A estas se suma la contradicción que sostiene que aún teniendo la conducta regulada por normas existe la disyuntiva de lo que el individuo decide o no decide hacer, otorgándole otra acepción a la palabra libertad, libre albedrío.
Guillermo Cabanellas al respecto nos dice: se trata de la "facultad humana de dirigir pensamiento o la conducta según los dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo, sin determinismo superior ni sujeción a influencia del prójimo o del mundo exterior", a lo que podemos agregar que, siendo así, el ser humano es libre independientemente de la existencia de las normas que rigen su conducta y de las sanciones que, como resultado de la priorización optada, se deriven.
En conclusión la libertad necesita de la verdad. La libertad requiere del entendimiento (facultad que busca la verdad) y de la voluntad (facultad que busca el bien). Usando ambas el hombre puede determinar dónde está el bien verdadero y escogerlo. La libertad puede aumentar en el sentido de adquirir mayor facilidad de conocer y escoger el bien. Mejorará a base de realizar buenas elecciones, pues se crea el hábito de optar por el bien. La libertad disminuye con los pecados, pues los vicios dificultan elegir bien. "El que peca es esclavo del pecado". Por ejemplo, la persona que se deja vencer por la pereza cada vez se vuelve más perezosa y le cuesta escoger bien en asuntos que supongan esfuerzo. Los que ayudan a ser libres son los que difunden la verdad –"la verdad os hará libres"–, y ayudan a escoger el bien. Por ejemplo, quien invita a un amigo a drogarse le dificulta la libertad atándole a ese defecto; en cambio, quien anima a trabajar, rezar o comportarse bien facilita el buen ejercicio de la libertad.
Pero ser realmente libres que significa realmente quizás el papa Juan Pablo II lo dice magistralmente:
“Ser realmente libres significa tener la fuerza para elegir a Aquel por el que hemos sido creados y aceptar su señoría sobre nuestra vida. Lo percibes en el fondo de vuestro corazón: todos los bienes de la tierra, todos los éxitos profesionales, el mismo amor humano que soñáis, nunca podrán satisfacer plenamente vuestros deseos más íntimos y profundos. Sólo el encuentro con Jesús podrá dar pleno sentido a vuestra vida: “Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en ti”, ha escrito San Agustín (Confesiones I, 1). No os distraigáis en esta búsqueda. Perseverad en ella, porque lo que está en juego es vuestra plena realización y vuestro gozo”
Cuando aprendemos a ser sinceros con lo que somos, liberándonos de la cadenas de los vicios y pasiones que nos alejan del verdadero sentido de nuestra vida comenzaremos a ser libres.
Articulo Escrito y Enviado por:
Freddy. D
colaborador
7 comentarios:
Excelente, su trascendencia es grande.
Hola Freddy D.! La libertad, ese ideal por el qué tanto se ha luchado a lo largo de la historia universal, motivo de inspiración de muchos poetas, debe ser desde luego una razón por las que los humanos nos podamos sentir un poco más felices (junto a otros valores claro).
Saludos!!
Yo quisiera ser libre!!!
me siento prisionera de mis sentimientos, de lo que dicen los demas, de mis miedos, de mis debilidades, frustaciones, prisionera de un problema tras otro, prisionera de no expresarme tal cual soy, prisionera de la vida :(
Quisiera poder ser libre de hacer, pensar, sentir lo que yo quiera pero me siento limitada e intimidada por mi misma yo misma no me dejo ser libre de todo y todos.
ufff!!! me hizo bien comentar en este post, creo que me hacia falata desahogarme ;)
besos amigo estoy pendiente de ti, y por cierto todavia tengo el telefono cortado :(
NANI.-
Espectacular, gracias por compartirlo con nosotros
Muchas veces me he sentido prisionera, pero ya estoy tomando las riendas de mi vida... y de paso sintiendome libre.
Me encanto tu post, tomaré varias cositas de aquí , para poder aplicarlas.
Mil besitos
Paso por aquí a dejarles besitos y desearles un lindo fin de semana a ambos.
A todos mis saludos y cariño, gracias por comentar y dejar sus puntos de vistas.
Besito recibido Lore, igual para ti cuidate mucho!!!
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